miércoles, 28 de octubre de 2009

El pájaro de plástico

Estoy en la cama, oyendo voces en la sala y sin poder salir de aquí, de aquí dentro de mí. Un pájaro azul se me sale de la imaginación, como si lo mandara yo, cual corresponsal, ahí a donde está la voz; pero pronto desaparece, se revienta en el aire, no muy lejos de lo alto de mi cabeza, como un globo de plástico.

Entonces corro por el parque oscuro, recto y rectilíneo, pero curvamente tubular. Corro porque me está persiguiendo ese sonido de trueno que chispea de luces por ahí arriba, más alto del túnel que no se puede superar. Pronto se vuelve una dona, el tubo o túnel recto, rectilíneo, por no decir curvolar.

De curvolar a sobrevolar se pasa fácil, así como al recuerdo del pájaro azul que en la explosión de plástico no pudo volar.

Al final del día, abro el periódico, me bajo los pantalones y en la banquita del parque me siento a cagar.