"Las manos muertas" de la abuela son como árboles secos que crecen en continuación. En el fondo, el cielo se ve como fuego y el aire como torbellinos violeta. Y yo pensaba que esa poesía era verdad. Tantas cosas pensaba que eran verdad. Hoy, a la verdad no le creo, y tampoco a lo que no es verdad. El mundo se aparece plano, pero yo me lo hago parecer fantástico.
Cuando tenía 8 años cambié a Santa Claus por un unicornio; la diferencia entre estos dos es que al primero se le espera y al segundo se le busca. Sólo la búsqueda conserva el movimiento en medio del sinsentido, la búsqueda y la fe en encontrar.
La fe es un programa que hay que instalar en uno mismo. Una vez ejecutado no se corre más peligro. Pero no siempre es fácil de conseguir y descargar. No se sabe porqué: Lujo de paquetes software, la fe, o lanzamiento de open faith 1.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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3 comentarios:
Comparto tu fe por el unicornio... No tengo ni siquiera que buscarlo: sé que es, y que está.
Besos, Daniela.
"Cuando tenía 8 años cambié a Santa Claus por un unicornio; la diferencia entre estos dos es que al primero se le espera y al segundo se le busca. Sólo la búsqueda conserva el movimiento en medio del sinsentido, la búsqueda y la fe en encontrar."...qué lujo de texto, por favor!!!!...excelente, me encantó!
besitos!
"Sólo la búsqueda conserva el movimiento en medio del sinsentido, la búsqueda y la fe en encontrar."
Me llevo esto, los unicornios no son mis preferidos, prefiero los trasgus, aunque ya no les tengo tanta ojeriza.
Un abrazo
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